¿Cuántas plazas puedes prometer?
Y ya está. Esa es la pregunta. El proyecto como parking (o como garaje) solo tiene sentido si podemos responder a esa pregunta de antemano. Si no será un engaño, un espacio residual correspondiente a los vacíos de otro proyecto. Así que, salvo que emprendas una huída:
¿Cuántas plazas puedes prometer?
(El beso de Judas. GIOTTO, 1304-1306, Capilla de los Scrovegni, Padua.)
Si dudas, di treinta, y en caso de no quererlas siempre podrás arrojarlas de vuelta. Aunque ello implique luego arrojarse uno mismo.
Feliz semana, Santa.
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