Cuando Tosca conoció a Wally

(Buscando a Wally, Juventud Redonda. ESQUEMBRE, B., 2017)

Es una caricatura, una hipérbole demagoga de esas que tan bien filmaba Tati, decir que los niños en el futuro moverán el dedo sobre los planos para ver si aumentan de tamaño, pero sí es cierto que estamos desarrollando algunos algunos actos reflejos que, en realidad, carecen totalmente de sentido. En esta entrada ni se molesta en poner en negrita u otro color "Imagen con calidad" y sin embargo sabes que has de clicar para llegar a ella, que no se trata de un truco de ilusionismo. A todo esto, es probablemente la mejor integración en el ¿célebre? plano que he visto. 

Y es curioso el plano porque también es prácticamente aescalar. Si lo tuviéramos en su dimensión real podríamos hacer con él un techo más doméstico que el del aula (qué agradable es la 122), o un textil para una maqueta 1:1. En ese sentido el juego de Bernardo es delicioso, desmenuza totalmente las barreras de presente y pasado respecto a la escala. Obviando los horripilantes ornamentos de las esquinas, también deliciosa es, en el fondo, la unidad caricaturesca del plano.

Sería una pena que alguien la rompiera.

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