Rejas, tendederos y bombas de calor
(Ringo junto a la casa junto a la Palmera, 2019)
Hay un juego, uno de esos que se juegan con una cerveza delante, en el que especulamos sobre hacernos una casa. Cómo, quién, dónde... Probablemente el enunciado está ya en nosotros, es un instinto primario, pero para la ocasión diremos que es de Le Corbusier, y que Johnson lo conviritió en sueño húmedo.
Es un juego y es peligroso, porque cuando delante no hay alcohol sino un encargo y el enunciado lo impone un lugar y no una persona en ocasiones seguimos con la mente in-game. Y olvidamos contextualizar la vivienda en lo físico, y hablamos sobre la luz olvidando que sus moradores no son plantas, que viven de otras cosas. Y nos quedan cosas fuera del proyecto hasta que llegan los Smithson a hacer un proyecto de ellas o Marie Kondo a negar la mayor (y, de paso, negar las pulsiones).
Otra vez lo doméstico. Otra vez el espacio para la lavadora, el tendedero o las herramientas. No nos equivoquemos, no es culpa de la gente las fachadas cutres llenas de equipos de aire acondicionado, cables de fibra o macetas de plástico. Es nuestra por no haberlos considerado.
La solución, por tan solo 73€ el metro cuadrado. Y con 5€ más con volutas.
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