De la magnitud y lo humano I


"Jo desitjava, a voltes, un amor educat
i en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,
ara un muscle i després el peçó d'una orella.
El nostre amor es un amor brusc i salvatge
i tenim l'enyorança amarga de la terra, [...]"
Els Amants, en Llibre de Meravelles. ANDRÉS ESTELLÉS, V., 1971, València.

En ocasiones desearía ser más preciso, ensuciar menos mis dibujos, mis apuntes o mis propuestas. Tener la claridad que parece premiar nuestra carrera y la precisión que requería cuando el arquitecto era un virtuoso del grafito. También querría poder atenerme a lo arquitectónico, acabar todas mis entradas con comentarios sobre la dimensión y la magnitud o, en su defecto, permanecer bajo el fino velo de la poesía o la literatura. Comentando solamente los pétalos de la flor y no acabando por hacer de ella mi bandera


Pero no se me da. Más que no dárseme, evito aplicarme dicha disciplina. Pero, hasta cierto punto, me acompleja renunciar a ella. Al fin y al cabo, es más exquisito un Ingres que un Pollock.

Volvemos a las andadas. Ya decidiré cómo. 


(Caroline Rivière enmascarada en 1941, 2019)

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