De la magnitud y lo humano I
En ocasiones desearía ser más preciso, ensuciar menos mis dibujos, mis apuntes o mis propuestas. Tener la claridad que parece premiar nuestra carrera y la precisión que requería cuando el arquitecto era un virtuoso del grafito. También querría poder atenerme a lo arquitectónico, acabar todas mis entradas con comentarios sobre la dimensión y la magnitud o, en su defecto, permanecer bajo el fino velo de la poesía o la literatura. Comentando solamente los pétalos de la flor y no acabando por hacer de ella mi bandera.
Pero no se me da. Más que no dárseme, evito aplicarme dicha disciplina. Pero, hasta cierto punto, me acompleja renunciar a ella. Al fin y al cabo, es más exquisito un Ingres que un Pollock.
(Caroline Rivière enmascarada en 1941, 2019)
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